miércoles, 24 de noviembre de 2010

Entrevista a Luisa Guerrero (a nivel laboral)

A nivel laboral

·         Escribiendo este tipo de cuentos, ¿se encontró usted con alguna crítica negativa o algún impedimento para su publicación?

Me encontré con “todos” los impedimentos posibles. Las editoriales no querían publicármelo por el hecho de que al final la rana se convierte en otra chica, con la que se termina casando la protagonista. Si en su lugar hubiese sido un hipopótamo, no me hubiese encontrado con ningún problema para publicarlo.


·   ¿Por qué cree que son necesarios?

 Porque los niños han de crecer sin prejuicios, conociendo que existe una realidad homosexual y que esta realidad es tan válida como la realidad heterosexual.

·   ¿Qué pasos tuvo que seguir para su publicación?

El principio fue un constante contactar con todas las editoriales de las que tenía noticia.

·   ¿Cree que la población estaba preparada para este tipo de cuentos?

Aunque haga cinco años que se aprobó la ley que nos permite casarnos, como cualquier otro ciudadano, hay parte de la sociedad que no entiende que somos personas, así que podemos decir que no es que haya población que no esté preparada para este tipo de cuentos, sino que existe población que no está preparada para la aceptación de la homosexualidad. No olvidemos que el principal partido de la oposición tiene recurrida la Ley de Matrimonio Homosexual, porque piensa que no deberíamos adoptar, ¡igual es porque nos comemos a los niños “pa” merendar!... ¡porque otra cosa no se me ocurre!...

·   ¿Cuál ha sido su valoración frente al respectivo impacto social de los cuentos, en el caso de haber alguno?

Hay gente que al principio se sorprende de la existencia de estos cuentos, ¡no tengo muy claro qué es lo que se imaginan que pone en ellos!, pero mi experiencia es que una vez los lee, les parecen bien y entienden la necesidad de que existan. 


·         ¿Cree usted que es justo que solo estén a la venta en ciertas librerías?

Estaría bien que se pudieran comprar, como cualquier otro cuento, en cualquier librería, en ello estamos, ¡tiempo al tiempo!


·    Después de leer sus cuentos, como el de La Princesa Ana, creo que la temática se centra demasiado en el hecho de su orientación sexual. ¿Cómo responderías a esta crítica?

 La princesa Ana nos permite a “todos” desenmascarar prejuicios. Este cuento es una versión del clásico de los hermanos Grimm “El príncipe rana”, que hace doscientos años que existe. Es el cuento que siempre nos han contado. Puestos al lado uno del otro, por una parte nuestra princesa Ana y por otra al “El príncipe rana” y analizando la estructura, el desarrollo y el desenlace del cuento, y siendo capaces de decir cosas como “se centra demasiado en el hecho de su orientación sexual”, está clarísimo que… ¡hemos pillado desprevenido al prejuicio de turno!... El cuento es el mismo que la versión tradicional, lo único que cambia es el desenlace y jamás se nos ocurrió a nadie decir que “El príncipe rana” estaba centrado demasiado en su “orientación heterosexual”, simplemente nos limitábamos a leerlo y a disfrutar de su fantasía… ¡con La princesa Ana, parece que no podemos!... Esta es una de las cosas que justifica la necesidad de estos cuentos.

No creo que ninguno de mis cuentos se centre, ni poco ni mucho ni demasiado, en el hecho de su orientación sexual, ya que en cada uno se explica una historia de fantasía, como cuento que es, y simplemente sale en él  algún personaje que sea homosexual. Nunca se pone ningún tipo de acento en ello, simplemente “sale”, se hace visible. Si alguien piensa que eso sea el centro del cuento es problema de él o ella, no del cuento.

·    Destaca algún hecho relevante o alguna anécdota de tu carrera como escritora infantil.

Podríamos destacar el tabú que existe por parte de muchos adultos en ocultarles a los niños el hecho de que existan personas homosexuales.

·    ¿Qué aconsejaría a los padres de nuestra sociedad? ¿Cree usted que los niños criados en familias homoparentales reciben una educación distinta de la de las familias heterosexuales?

La educación que recibe cualquier niño es diferente en cada familia, dependiendo de la familia, no de que sea homoparental o tradicional. Pienso que todos los padres tendrían que educar a sus hijos en la conciencia de que todos somos personas, diferentes, pero no por ello mejores o peores que otras. La valía de cada persona, y de cada familia, dependerá de cada uno, no del hecho concreto de si se es bonito o feo, alto o bajo, rubio o moreno, homosexual o heterosexual.


·      ¿Qué me aconsejarías a mí, antes de escribir como ejemplos propios este tipo de cuentos?

Es difícil aconsejar a nadie. Yo te diría que no es fácil emprender ese camino. Tener la voluntad necesaria para acometer proyectos, tener la capacidad, la continuidad y la constancia de trabajo que requieren, tener la pasión para llevarlos adelante, a pesar de todos los impedimentos y problemas que surgen… ¡no es fácil!... ¡yo te aconsejaría que tomases muchas vitaminas!...

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