sábado, 27 de noviembre de 2010

QUEDADA DE FAMILIAS

 Quedada de familias que tendrá lugar el dia 5 de diciembre en el Parc de la Ciutadella: talleres para los niños. Una mañana gratuita donde los niños  (de entre 4 y 7 años) podrán divertirse y aprender valores como la toleracia y la igualdad mediante juegos y cuentos.



El encuentro tendría lugar el cinco de diciembre en el Parc de la Ciutadella, a las once de la mañana delante de la estatua del Mamut.
Primero tendría lugar la explicación del primer cuento: El corazón roto.
Después haríamos algún taller: pintar la familia y decorarla, pintar las caras de los niños..
Por último, explicaríamos el último cuento: La escalera de humo.
Necesitaría que las familias me lo confirmasen a lo largo de esta semana, ya que intentaría organizar un pequeño obsequio por su participación, comprar refrescos (cocacola, fanta, cacaolat..) y los materiales necesarios.
Sobretodo me interesan familias homoparentales, ya que mientras los niños disfrutan en los talleres, yo haría pequeñas entrevistas a los padres. Aun así, si a alguna familia heterosexual le interesa, no se cierran para nada las puertas.

Dado nuestros escasos recursos, podemos permitir la asistencia de pocas familias (entre trece y dieciséis), trataremos a los niños de una forma personalizada. La mayoría de los que participamos en este encuentro somos monitores en las escuelas, así que tenemos experiencia en el trato con niños.

Para confirmar asistencia, recibir más información o ponerse en contacto conmigo:
ashley94@hotmail.com


¡Muchas gracias!

La princesa Ana

Este cuento creado por Luisa Guerrero, ahora está en escena, en los teatros de Madrid.

Aquí os dejo su enlace:

http://www.youtube.com/watch?v=n7kpsZK1ogo

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Entrevista a Luisa Guerrero (a nivel laboral)

A nivel laboral

·         Escribiendo este tipo de cuentos, ¿se encontró usted con alguna crítica negativa o algún impedimento para su publicación?

Me encontré con “todos” los impedimentos posibles. Las editoriales no querían publicármelo por el hecho de que al final la rana se convierte en otra chica, con la que se termina casando la protagonista. Si en su lugar hubiese sido un hipopótamo, no me hubiese encontrado con ningún problema para publicarlo.


·   ¿Por qué cree que son necesarios?

 Porque los niños han de crecer sin prejuicios, conociendo que existe una realidad homosexual y que esta realidad es tan válida como la realidad heterosexual.

·   ¿Qué pasos tuvo que seguir para su publicación?

El principio fue un constante contactar con todas las editoriales de las que tenía noticia.

·   ¿Cree que la población estaba preparada para este tipo de cuentos?

Aunque haga cinco años que se aprobó la ley que nos permite casarnos, como cualquier otro ciudadano, hay parte de la sociedad que no entiende que somos personas, así que podemos decir que no es que haya población que no esté preparada para este tipo de cuentos, sino que existe población que no está preparada para la aceptación de la homosexualidad. No olvidemos que el principal partido de la oposición tiene recurrida la Ley de Matrimonio Homosexual, porque piensa que no deberíamos adoptar, ¡igual es porque nos comemos a los niños “pa” merendar!... ¡porque otra cosa no se me ocurre!...

·   ¿Cuál ha sido su valoración frente al respectivo impacto social de los cuentos, en el caso de haber alguno?

Hay gente que al principio se sorprende de la existencia de estos cuentos, ¡no tengo muy claro qué es lo que se imaginan que pone en ellos!, pero mi experiencia es que una vez los lee, les parecen bien y entienden la necesidad de que existan. 


·         ¿Cree usted que es justo que solo estén a la venta en ciertas librerías?

Estaría bien que se pudieran comprar, como cualquier otro cuento, en cualquier librería, en ello estamos, ¡tiempo al tiempo!


·    Después de leer sus cuentos, como el de La Princesa Ana, creo que la temática se centra demasiado en el hecho de su orientación sexual. ¿Cómo responderías a esta crítica?

 La princesa Ana nos permite a “todos” desenmascarar prejuicios. Este cuento es una versión del clásico de los hermanos Grimm “El príncipe rana”, que hace doscientos años que existe. Es el cuento que siempre nos han contado. Puestos al lado uno del otro, por una parte nuestra princesa Ana y por otra al “El príncipe rana” y analizando la estructura, el desarrollo y el desenlace del cuento, y siendo capaces de decir cosas como “se centra demasiado en el hecho de su orientación sexual”, está clarísimo que… ¡hemos pillado desprevenido al prejuicio de turno!... El cuento es el mismo que la versión tradicional, lo único que cambia es el desenlace y jamás se nos ocurrió a nadie decir que “El príncipe rana” estaba centrado demasiado en su “orientación heterosexual”, simplemente nos limitábamos a leerlo y a disfrutar de su fantasía… ¡con La princesa Ana, parece que no podemos!... Esta es una de las cosas que justifica la necesidad de estos cuentos.

No creo que ninguno de mis cuentos se centre, ni poco ni mucho ni demasiado, en el hecho de su orientación sexual, ya que en cada uno se explica una historia de fantasía, como cuento que es, y simplemente sale en él  algún personaje que sea homosexual. Nunca se pone ningún tipo de acento en ello, simplemente “sale”, se hace visible. Si alguien piensa que eso sea el centro del cuento es problema de él o ella, no del cuento.

·    Destaca algún hecho relevante o alguna anécdota de tu carrera como escritora infantil.

Podríamos destacar el tabú que existe por parte de muchos adultos en ocultarles a los niños el hecho de que existan personas homosexuales.

·    ¿Qué aconsejaría a los padres de nuestra sociedad? ¿Cree usted que los niños criados en familias homoparentales reciben una educación distinta de la de las familias heterosexuales?

La educación que recibe cualquier niño es diferente en cada familia, dependiendo de la familia, no de que sea homoparental o tradicional. Pienso que todos los padres tendrían que educar a sus hijos en la conciencia de que todos somos personas, diferentes, pero no por ello mejores o peores que otras. La valía de cada persona, y de cada familia, dependerá de cada uno, no del hecho concreto de si se es bonito o feo, alto o bajo, rubio o moreno, homosexual o heterosexual.


·      ¿Qué me aconsejarías a mí, antes de escribir como ejemplos propios este tipo de cuentos?

Es difícil aconsejar a nadie. Yo te diría que no es fácil emprender ese camino. Tener la voluntad necesaria para acometer proyectos, tener la capacidad, la continuidad y la constancia de trabajo que requieren, tener la pasión para llevarlos adelante, a pesar de todos los impedimentos y problemas que surgen… ¡no es fácil!... ¡yo te aconsejaría que tomases muchas vitaminas!...

Entrevista a Luisa Guerrero (a nivel personal)

A nivel personal

·         Describa brevemente su biografía y sus inicios en el mundo artístico.

He dibujado siempre. Inicio los estudios artísticos en T.E.D.A.S. (Pinacoteca de Sabadell) examinándose en la escuela “Llotja” de Barcelona.
Fundo, junto a otros profesionales, la escuela de arte y diseño AULA D’ART en Sabadell (Barcelona) y me dedico a hacer exposiciones y colaboraciones a nivel ilustrativo y de diseño.
En 2003, ante la toma de conciencia de la falta de cuentos infantiles en la que se traten historias o personajes que tengan algo que ver con la homosexualidad, decido ponerme a trabajar en ello.

Se dedica a pintar y a dibujar en proyectos muy variados, de los que podríamos destacar:

- Portada de “Zapping”, libro de poesía de Juan Cánovas Ortega (Colección Melibea).
- Diseño e ilustraciones del CD del grupo Amarok “Canciones de los mundos perdidos”, editado por LYRICON-Sonifolk.
- Exposición en el Congreso Nacional organizado por la Sociedad Tolkien Española (nov. 96) en el Pati Llimona (Ayuntamiento de Barcelona) de la colección “Homenaje a J.R.R. TOLKIEN”.
- Colaboración como dibujante en la revista “El Campus”, publicación regular de la Universidad Autónoma de Barcelona.
- Autora e ilustradora de cuentos infantiles, como son: "La princesa Ana" y "Marta y la sirena", publicados por Ellas Editorial.
- Fotografía, diseño y maquetación de catálogos industriales, como el de la empresa: Ermo ingeniería, S.L.
- Diseño y maquetación de cuentos infantiles para la ONG por la NO Discriminación, como es el titulado "Y nosotros... ¿de dónde venimos?" de Isabel Carmen Rodríguez
- Fotografía, diseño wed y diseño de carteles para las ONGs Trabajemos por el Mundo y ONG por la NO Discriminación.


·         ¿Cómo decidió empezar a ilustrar y escribir este tipo de cuentos después de su inicio en los estudios artísticos? ¿Alguien le influenció?

 Decidí ponerme a trabajar en este tipo de cuentos, cuando empecé a colaborar en asociaciones de defensa de los derechos LGBTI, fue entonces que me di cuenta de que apenas había en España un par de publicaciones infantiles que tratasen ese tema y de la necesidad que había de educar en la diversidad.

·    ¿Por qué decidió trabajar para ONG para la no discriminación?

 Porque era una asociación que se centraba principalmente en el tema de educación, en el niño y en la familia homoparental.

·   ¿Se crió usted en una familia homoparental o heterosexual? ¿Algún cercano suyo era homosexual? ¿Cree que la identidad sexual de una persona puede ser influenciada por factores externos como la familia?

La identidad de una persona NUNCA puede ser influenciada por NADIE. Cada uno es quién es. Crecerás más sano, o no; feliz, o no; acosado por el entorno, o no; tu orientación sexual la expresarás sin miedos, o no; pero nunca nadie podrá influenciarte sobre esto, ni cambiar absolutamente nada de lo que sientas.
En mi infancia nadie cercano a mi era homosexual, ni tenía referentes, así que crecí creyendo que era la única en el mundo que sentía como yo sentía. Y digo “crecí” porque desde que tengo conciencia y memoria (cinco o seis años) ya sabía que era lesbiana, aunque no supiese que existía esa palabra.
Me crié en una familia heterosexual, tradicional y con un padre autoritario, machista y de derechas… ¡una maravilla de la técnica!...

Entrevista a Luisa Guerrero

Luisa Guerrero es una escritora de cuentos infantiles con personajes homosexuales, y , ya que comparto el mismo proyecto que ella, he creído conveniente hacerle una entrevista para documentarme más sobre este tema de una forma más cercana.

Colabora con la ONG para la No Discriminación, y ha sido pionera en publicar este tipo de cuentos.

Desde  aquí muestro mi agradecimiento, ya que ha demostrado ser una persona muy amable y accesible, cercana a mis peticiones.

La escalera de humo (2a PARTE)


Estuvieron horas subiendo una escalinata que parecía no tener fin. Cuando creían que sus músculos no resistirían más, llegaron encima de una nube que parecía de azúcar. A continuación, observaron un cofre situado en medio, grande y antiguo, de un color marrón oscuro decorado con ribetes de oro. Se dirigieron hacia él, emocionados, pero había una cerradura y desconocían cuál sería la llave.
¿Qué hacemos? ¡Estamos a un paso de la solución! ...
¡Ah! ¡Ya está!-Dijo Fil.


Intentó meter su cola por la cerradura para girarla como si fuese una llave. Primero no dio resultado, pero no se rindió. Lo intentó un par o tres de veces y al siguiente, logró abrirlo.
Emocionados, retiraron la tapa y encontraron una especie de radio y una nota.
 Esta decía:
Hola, amigos ratones. Soy la mariposa maga, aquella a quien le pedisteis consejo sobre el problema de vuestro gatito. He estado viajando por todo el mundo durante este tiempo, perdonad mi tardanza. Pero finalmente lo he encontrado.
Habéis superado todos los retos, que servían para demostraros hasta qué punto seríais capaces de sacrificar en cuenta para su hijo. Muchas felicidades, ya tenéis aquí la solución. Confío en que sabrá qué hacer con ella.
Luz, la mariposa maga.
 Los dos ratones tomaron esa radio y la nota y comenzaron a bajar la escalera. 


Una vez abajo, ésta desapareció. Corrientes y emocionados, volvieron a casa. Durante el camino quedaron sorprendidos ya que el río y el bosque habían desaparecido. ¿Todo lo había hecho ella mediante su magia? Fuese como fuese, ahora, gracias a ella, tenían ese tesoro entre sus manos y se habían dado cuenta de lo que llegaba a significar su hijo en sus vidas.
Una vez llegaron a casa, cogieron la radio, indecisos, ya que no sabían muy bien qué hacer con ella. Jan observó que había un botón que decía: Inicio. Lo apretaron y comenzó a sonar una melodía dulce y tranquila. Los dos ratones se erizaron, tenían la piel de gallina de la gran emoción que llenó sus corazones. El gato, al escuchar la canción, empezó a crecer.
 Le salieron unos grandes dientes y unas uñas afiladas, que le permitirían escalar los árboles. Los tres, conmocionados, se abrazaron fuertemente y se pusieron a llorar.
 Se habían acabado las penas, ahora podrían disfrutar de la maravillosa familia que habían formado. Y así, felices y unidos, vivieron para siempre en aquel campo lleno de flores y vida.


Escalera de humo (1a PARTE)



LA ESCALERA DE HUMO


Había una vez una casita donde habitaban dos ratones, Jan y Fil. Los dos eran grises, pequeños y muy lindos. Vivían en una madriguera situada dentro de un árbol, en medio de un campo de margaritas. Cada día iban a dar una vuelta entre las flores, para admirar el paisaje y disfrutar de su amor.


Un día, paseando, vieron un gatito perdido entre unas hierbas. Sin embargo, continuaron caminando, pensando que su madre estaría cerca. Fueron a casa, cenaron, pero escucharon un ruido delante de la puerta de entrada. Llovía, estaba oscuro y hacía mucho frío. Con precaución se dirigieron hacia allí, silenciosamente, para averiguar quién había fuera. Cuando miraron por la mirilla, vieron ese mismo gatito, mojado y temblando, que no paraba de maullar.


No sabían qué hacer, ya que los gatos se comen los ratones y tenían miedo de que les pasara lo mismo, pero…  ¡daba tanta pena! Abrieron la puerta y lo dejaron entrar. El gatito, asustado, entró poco a poco y se situó junto a la chimenea, para calentarse. Jan y Fil le llevaron un poco de queso, pero él no lo quería probar. ¿Qué comería ese animalito? Lo condujeron hacia la cocina y él vio una botella de leche sobre una mesa y se lanzó como un loco, bebiendo como un desesperado. ¡Qué hambre que tenía!

  Después, se tumbó en la alfombra y se durmió.
Jan y Fil estaban desconcertados. ¿¡Qué harían con un gato dentro de casa!? Después de pensar un buen rato, decidieron adoptarlo. Se dirigieron hacia él, mirando a su hijo, y eligieron un nombre: Sam. Él lo había cambiado todo, ahora era el centro de sus vidas. Decidieron irse a dormir, aturdidos, ya que ahora su familia se había hecho mayor.
Al día siguiente, Jan fue a comprar litros y litros de leche. Como aún era un bebé y no tenía dientes, sólo podía beber líquidos. Los dos ratones lo mimaban y lo querían con todo su corazón. Cada día jugaban con él y le enseñaban palabras nuevas. Pero al cabo de los meses, vieron que no crecía. Él se iba haciendo mayor interiormente pero estaba atrapado dentro de un cuerpo de bebé. Alarmados y muy preocupados decidieron ir al médico para ver que le pasaba, pero éste les dijo que no podía diagnosticarlo, ya que no conocía esta enfermedad. Ellos no sabían qué hacer, Sam ya tenía un año y todavía no tenía ni un diente.


 Cuando parecía todo perdido, llegó a aquel prado su salvación. Los dos ratones tenían una vecina que nunca paraba por casa. Era una maga que se pasaba el año viajando y después, pasaba el verano en el prado, donde se relajaba gracias a la tranquilidad del ambiente.
Un día, llamaron a su puerta, y les sorprendió una gran mariposa con unos colores vivos y brillantes, que tenía una varita en la mano y un vaso de zumo en la otra.





Ella los invitó a entrar.
- ¿Cuál es exactamente el problema de este gatito tan lindo?
- Pues que, precisamente, ya no debería ser un encantador bebé. Está a punto de hacer dos años, y no puede ni taladrar un árbol. ¿Usted sabría darnos una explicación?
- Un momento, esto requiere una gran concentración.
La mariposa comenzó a pasear por aquella habitación, fijando la mirada en Sam y moviendo la varita de arriba abajo mientras pronunciaba las palabras: SI LA HISTORIA ES CIERTA, LA SOLUCIÓN SERÁ DESCUBIERTA. 






Y de golpe, se detuvo en seco y cayó al suelo. Jan y Fil corrieron hacia ella, y cuando se despertó, les dijo: el antídoto está en el humo, y desapareció.
Jan y Fil estuvieron semanas dándole vueltas a aquellas palabras, pero no encontraban ninguna respuesta. Pidieron consejo a todos sus amigos, se pasaron noches sin dormir, días sin salir, pensando aquella frase. ¿Qué quería decir el humo? ¿De qué antídoto hablaba? La espera se hacía eterna, ya no sabían qué hacer, pero mientras tanto, tenían que ir a comprar litros y litros de leche. Cada día era igual, vivían en la monotonía del pensamiento y nada evolucionaba. Hasta que un día, que parecía ser como cualquier otro, vieron una niebla gris muy sospechosa.


Salieron fuera, después de días sin respirar aire fresco, y vieron que ésta se dirigía hacia algún lugar. Advirtieron a Sam que hiciera bondad y marcharon para descubrirlo. Cada vez se hacía más intensa, y olía a quemado. Primero se asustaron, pensando que sería un incendio, pero luego vieron que era una hoguera enorme situada en lo alto de una montaña. Pero esta tenía unas pruebas, que debían superar si querían llegar a la cima.
Su primer obstáculo a superar era un río de gran profundidad. Pero tenían un problema, y es que los ratones no saben nadar. ¿Cómo lo podrían cruzar sin barca? Estuvieron un rato pensando, nerviosos, y de pronto Fil encontró la respuesta.


A su lado había un árbol muy delgado y su tronco era perfecto para llegar hasta el otro lado del río. Ambos empezaron a roer hasta que cayó y así, lo pudieron atravesar. ¡Primera prueba superada!


Luego se plantaron ante un bosque oscuro y tenebroso con un silencio que aplastaba y tiraba atrás. Jan entraba decidido, pero Fil tenía mucho miedo y no se atrevía. No le gustaba nada aquel ambiente tan siniestro, y en un primer momento le dijo a Jan que debería continuar sin él.


- ¡Vamos, Fil! Estamos hablando de Sam, nuestro querido hijo. ¿Qué no haríamos nosotros para ayudarle si es lo que más queremos en este mundo?
Fil reflexionó sus palabras y se dio cuenta de que tenía razón. ¿Qué no daría él por Sam? Su vida era él y lucharía hasta el final. Haciendo de tripas corazón, se decidió, cogió todo el aire que le dejaban sus pulmones y entró. Al principio todo estaba tranquilo, pero aquella calma era muy sospechosa. De golpe, sin embargo, escuchó a alguien detrás de él. Fil se agarró a Jan, y él le dijo:
- Tranquilo, habrá sido el viento. Tú abrazate fuerte a mí y recuerda que no pasará...
Pero antes de terminar la frase, se plantó ante ellos una enorme águila. ¡Corre! Le dijo Jan, y ambos intentaron escapar bajo la hierba, pero el águila, rápida y ágil, los pilló antes. Los atrapó con sus garras y se los llevó volando hasta la cima, donde ella vivía. 


Los dejó en un enorme nido, situado en lo alto de un árbol altísimo. Ella volvió a los pies de la montaña a buscar más comida, pero cuando Jan y Fil observaron bien el lugar donde se encontraban, vieron que cuatro polluelos los estaban observando con ojos de deseo. ¡Ratones! ¡Esa era su comida favorita! Se lanzaron directos hacia ellos, pero los dos ratones se escondieron entre las ramas. Consiguieron unos minutos hasta que los polluelos  los cogieran con el pico ... ¿qué podían hacer? ¡Estaban atrapados! Pero Jan, muy inteligente y audaz, cogió sus camisetas y las ató en forma de paracaídas, y sin pensar ni un instante, ambos se lanzaron al vacío.


¡Que funcione, que funcione! Iban repitiendo... y con tanta suerte, que funcionó. Llegaron sanos y salvos en el suelo, suavemente, y así consiguieron la última prueba. ¡Ya estaban en la cima! Observaron atentamente su alrededor, y allí estaba, el origen de aquel olor que los había llevado hasta allí. No se lo podían creer, lo que veían sus ojos era imposible... Un fuego surgido de la nada enviaba una columna de humo que subía hasta el cielo en forma de escaleras. Se quedaron boquiabiertos, no podían reaccionar.
Fil puso una pata sobre un escalón, y vio que cada uno de ellos era de verdad. Decidido, empezó a subir mientras Jan vacilaba unos segundos, ya que le daban miedo las alturas.
- ¡Va Jan! Ahora cógete tú a mí y no tengas miedo. No mires abajo y piensa en Sam y en lo que nos espera allí arriba.

LA ESCALERA DE HUMO

Es un cuento protagonizado por dos ratones i un gato, ya a los niños les encanta los animales. Una faula que muestra el sentimiento de amor incodicional de los padres, sean adoptantes o biológicos, y la visibilización de las familias homoparentales, por tanto , contiene una "doble moraleja".

Espero que os guste

El corazón roto (2a PARTE)



Entró con la rana cautelosamente. Era gigantesco, con largas escaleras que subían desde una punta a la otra de la infinidad de pisos que había. Siguió recto, y se encontró en medio de la sala más grande de todo el castillo. Al fondo, podía observar el brujo de pie con el dragón a un lado y su amada al otro, dentro de una jaula. 


Empezó a correr hacia ella, pero se precipitó. El brujo levantó la vara y la hizo parar en medio del pasillo.
-Hola Erin, por fin has venido. Llevaba mucho tiempo esperándote. Seré claro y te propondré un trato, yo liberaré a Nina si tú te casas conmigo.
- ¡No!- Gritó Nina llorando.


- ¡Calla! - Gritó el brujo-. Qué, Erin, ¿aceptas?
Erin no sabía qué hacer, estaba muy confundida. De repente comenzó a correr hacia la jaula de Nina, pero el brujo las separó. Erin no estaba dispuesta a aceptar ese trato, ya que sabía que no podía ser la única solución. Se hizo un
silencio, y de golpe, entró en el castillo el lobo saltando por la ventana, y atacó por sorpresa al brujo, mientras la rana le ayudaba. 


Él le dijo a Erin que leyera en voz alta lo que estaba escrito en el corazón. Ella, rápidamente, lo sacó de su bolsillo, y echándose por encima la capa para que el dragón no la encontrara, leyó:
con estas palabras se conseguirá la paz a todos los corazones.


De repente todo el mundo se detuvo. El lobo se volvió a transformar en un niño, y sorprendentemente, la rana en una mujer, ya que era su madre. El brujo se desmayó, y el dragón se fue volando. 


La jaula desapareció, y Nina y Erin se fundieron en un eterno beso. Eran tan felices, estaban tan enamoradas ...      


El brujo recuperó el conocimiento, pero toda la maldad había desaparecido de su corazón. Les pidió perdón y decidió irse a vivir al bosque con el resto de animales.
Al regresar a casa, Erin abrazó fuertemente a su hermana, ya que hacía mucho tiempo que no la veía. Le presentó a Nina, a su hermano y a su madre. Todos estuvieron horas charlando, contando todas sus aventuras.                                                                       Al cabo del tiempo, Erin y Nina se casaron y formaron una maravillosa familia junto con su hijo, Carlos.
Y así vivieron felizmente para siempre.


El corazón roto (1a PARTE)

EL CORAZÓN ROTO

Había una vez una hermosa doncella que se llamaba Erin. Vivía en Samolàndia, un precioso reino puro y vivo, lleno de árboles y de simpáticos animales. Era una chica muy sencilla y noble, siempre alegraba a todos con su voz, tan dulce y su sonrisa. Era morena, con ojos de color miel y unos labios rojos. Le encantaba leer, sobre todo cuentos, y cada tarde se estiraba con su hermana pequeña en la hierba para hacer volar la imaginación.
Un día, mientras se peinaba el cabello, vio una figura en su espejo. Se la quedó mirando atentamente, sin poder apartar la vista de aquella mirada tan clara,
de la chica de sus sueños. Salió desesperada al jardín, pero la chica había desaparecido.

 Al día siguiente, al levantarse pensó que todo había sido un sueño, y decidió ir a dar una vuelta con su hermanita por el bosque. Iban cantando alegremente, y Erin se paró a beber agua en un río. Al acercarse, volvió a ver
la cara de aquella chica reflejada, y volviéndose rápidamente, la vio plantada justo detrás de él.
-¿Quien eres?-Preguntó Erin.
-Sálvame -contestó la chica.
-¿Cómo? ¿De qué quieres que te salve? ¿Dónde estás? ¡Quiero saber tu nombre!
-Sálvame. Y su imagen se difuminó hasta desaparecer.
Erin se puso a llorar desconsoladamente, no era un sueño, ella era real. ¿Qué tenía que hacer para encontrarla? Y de que lo tenía que salvar? Su hermana se acercó
lentamente a ella y le dijo,
-Erin, no te asustes, pero un lobo nos está vigilando desde
de atrás del árbol.                                                                                                        Erin dejó de llorar de golpe, y levantó la vista. Ciertamente, un enorme lobo venía hacia ellas caminando, pausadamente. 

Erin se quedó inmóvil, llena de miedo,
pero para su sorpresa el lobo habló:
-No tengas miedo. Sé que los animales no hablan, pero yo soy especial. Esta chica que has visto es mi hermana. Un brujo maligno la encarceló, ya que se negó a casarse con él, y me convirtió en lo que ahora soy, un terrible lobo. La condición para liberarnos y romper el hechizo era llevar una bella doncella a su castillo y darla en
matrimonio. Todo es una trampa, el brujo a utilizado a mi hermana para llevarte hasta allí.
-Y cómo puedo llegar? Quiero liberarla.
-No, no puedes, es muy peligroso. Si entras, nunca podràs escapar. Sólo puedes hacer una cosa, pero es muy arriesgada.
-Dime, sea lo que sea lo conseguiré.

-Pues necesitas las dos piezas del corazón, un collar que llevaba mi hermana y que lleva unas letras inscritas. Si las lees, nos podrás liberar. Él lo partió en dos y tiró las partes a dos lugares distintos, uno está en el fondo de un lago y otro, dentro de un
huevo custodiado por un dragón. Nadie lo ha conseguido, ¿qué te
hace pensar que tú podrás?
-Tu ayuda y mi ingenio. Seguro que lo conseguiremos juntos.
-Yo no podré guiarte en tu buscada, pero puedo facilitarte dos cosas que te servirán en su momento.
La chica cogió una especie de pastilla y una capa.


-Cuando las podré utilizar?
-Cuando llegue su momento- contestó el lobo mientras desaparecía en la inmensidad del bosque.
- Dime al menos su nombre!
Pero el lobo ya no estaba.


Erin dijo a su hermana que se fuera a casa, que era muy peligroso para ella, tan pequeña. Primero refunfuñó, pero luego acabó obedeciendo. Erin comenzó inmediatamente la aventura. Estuvo dos largos días andando, hasta que oyó el ruido de un río. Empezó a correr, sedienta, pero no encontró un río, sino un lago. Era cristalino, pero no se veía el fondo de tan profundo que era. El agua vibraba, como un latido de corazón.


Ella supo que allí se escondía la primera pieza, pero no sabía cómo podría explorarlo sin ahogarse. Decidió irse a dormir, y ya pensaría algo el día siguiente.                                                                                                                   Se levantó muy temprano, excitada por su descubrimiento, y estuvo toda la mañana pensando cómo cogerlo. Ya por la noche, recordó la bolsa que le había dado el lobo y
sacó la capa. Se la puso y de golpe, toda ella cambió de color: servía para camuflarse con el entorno, y era imposible distinguirla si por ejemplo, se estiraba en la arena. Pero se dio cuenta que no era eso lo que necesitaba. Por lo tanto, la única opción posible era aquel tipo de pastilla. La examinó detenidamente, era transparente como el agua, y decidió tomársela. De golpe, empezó a cambiar de forma ... se convirtió en
un pez, un enorme pez. Entró rápidamente en el agua y empezó a nadar. 



El agua estaba helada, pero ¡era tan agradable esa sensación! El lago era muy grande, así que comenzó a buscar. A lo lejos, vio una luz brillante, muy tenue. Según se iba acercando, esa luz se iba haciendo más intensa hasta el punto que casi no podía ver de tanto resplandor. 


Una vez lo pudo distinguir, vio una bolsa envuelta en hilos de oro y la cogió. Ardía, pero no se rindió, tenía muy claro que todo lo hacía para salvar a su amada. Volvió a la superficie, contenta de su éxito, pero de camino quedó enredada en unas algas. Los efectos de la pastilla empezaron a desaparecer y empezó a transformarse en su forma humana original. Se empezaba a quedar sin respiración, cuando notó que algo la impulsaba hacia la superficie.


Quedó inconsciente unos segundos, y cuando recuperó la visión, se encontró con una rana gigante. Ella la había salvado. Le dio mil veces las gracias, pero la rana no lo entendía, ella sólo croaba. Erin, al acordarse de la bolsa, la sacó con gran inquietud, pero no pudo desatar el nudo de hilo de oro. De repente la rana empezó a lamerlo y el nudo cayó por sí solo.

 ¡Su lengua era mágica y podía hacer todo lo que se propusiera! Al abrir la bolsita se encontró con la mitad de un corazón. Era plateado y tenía grabado alrededor las palabras: la paz a todos los demás corazones. Ella no lo entendió, pero no le dio más vueltas. Se guardó el corazón en el bolsillo y continuó su búsqueda. La rana la siguió, era como una especie de protector, aunque Erin no entendía por qué.


   
Al cabo de muchos días de caminar, Erin cayó al suelo agotada. No encontraba el segundo reto, y su cuerpo no podía más. Finalmente, se estiró bajo un árbol y no se pudo levantar, ya que no tenía fuerzas. Gritando desesperada dijo:
- ¡Por lo menos quiero saber el nombre de mi princesa! ¡Necesito saber que es real!.
Empezó a llorar, y la rana se acercó a ella. Primero se estuvo quieta, y luego abrió su gigantesca boca.



Erin miró y encontró un papel en su lengua, quemado por los alrededores, con una palabra escrita: Nina. No daba crédito, ¿cómo  podía saberlo aquella rana, que no podía ni hablar? La abrazó bien fuerte y se rehízo, llena de fuerzas para continuar con su trayecto. Todo el camino repetía ese nombre, una y otr vez, y cada vez se enamoraba más, ya que cada vez la veía más cerca. Gracias a ese optimismo, encontró la segunda prueba. Entre dos montañas había una gran valle, y en medio un huevo que se movía al ritmo de un latido, al igual que el corazón que llevaba en el bolsillo. 


No vio a nadie alrededor, así que empezó a correr hasta llegar a su objetivo. Una vez allí, la rana sacó la lengua y abrió el huevo, de donde salió la otra mitad. Todo parecía ir perfecto, pero de repente sintió un ruido a sus espaldas. Se volvió lentamente, y se encontró a un dragón de enormes dimensiones y de color
verde que escupía fuego por la boca. Se subió encima de la rana y empezaron a correr desesperadamente mientras el dragón, enfadado, los perseguía. 


De repente Erin se acordó de su capa, y se la tiró por encima. Era tan grande, que podía tapar a ella y a la rana al mismo tiempo. El dragón, desorientado, se paró, y ambos fueron caminando silenciosamente a las afueras del valle. Finalmente lo consiguieron y el dragón se fue volando, seguramente a avisar al brujo. Erin miró el otro trozo del corazón, donde ponía: con estas palabras se conseguirá. 


Nerviosa, tomó la otra mitad, y las unió. De repente cayó al suelo.
Ya no estaba al lado de aquel valle, sino ante un siniestro castillo. Había viajado hasta el palacio del brujo.